Ogilvy fue, desde mis años de estudiante, un faro en el mundo de la publicidad. Recuerdo leer con fascinación el Libro rojo de la publicidad de David Ogilvy, sin imaginar que tiempo después tendría el privilegio de estar frente a los mejores creativos y productores del planeta. Durante cinco días en Estambul, documenté con mi cámara la primera reunión global que reunió a representantes de todas sus sedes. Una experiencia que unió admiración, aprendizaje y fotografía en un mismo instante.